Tal vez había pensado que aquellas cosas que dije sobre Joseph me traerian mala suerte, pero por fortuna, Joseph me empezaria a mostrar la persona que de verdad era, y no la que creía.
Joseph se dirigió a mi y se presento, -Soy joseph, ¿Tu eres?- a lo que respondí con un poco de indiferencia - Lizy, mucho gusto - agregando una sonrisa al final, no sabia el porque, solo comenzó a preguntar sobre mi... era algo extraño, ya que era nueva, y dudaba que me hubiese reconocido en el restaurante.
Mas bien no tenia razones para si quiera acercarse a donde estábamos nosotros, a pesar de lo que había dicho mi tío, no acostumbraba a definir personalidades, o a etiquetar personas el primer día en el que los conocía, pero por alguna razón, Joseph me había caído mal con solo verlo, y fue mas extraño, por que Joseph encontraba la manera de intercambiar palabras conmigo cada vez que podía.
En el Instituto, Joseph se había formado una fama de Príncipe rompe corazones, ya que por lo visto rechazaba a varias chicas, y aunque aveces su forma de hacerlo era fría y poco educada, las chicas lo seguían queriendo. Al ver el comportamiento de Joseph hacia mí, Jenis que se había convertido en mi mejor amiga ahí, decía que era bastante extraño el interés que Joseph tenia hacia mí, ya que nunca antes el había dado el primer paso de hablarle a una chica a no se que necesitase algo de ella, y después las dejaba de lado, en cuanto a mí , habían pasado un par de meses, y aún seguía intentando establecer una buena conversación.
había terminado el verano, y estábamos a principios del otoño, por una cosa del destino, salia del restaurante de mi tío, y me tope con un viejo conocido, alguien a quien ame, y también odie, alguien que quería olvidar, pero también recordar.
El era alex un compañero de la escuela secundaria, en ese entonces me había enamorado de el, e incluso fuimos novios, incluso por el había dicho a mis padres que no me mudaría de nuevo, pero después de 3 año juntos, solo pudo decir "lo siento, creo que me estoy enamorando de Sandra", Sandra era una de mis mejores amigas en la secundaria, hacíamos prácticamente todo juntas,
Tal vez pudo haberme dolido lo que dijo, pero aun mas me dolió, que no me lo hubiese dicho, hasta después de haberlos visto besándose frente a la escuela. Al verlo, solo pude sentir tristeza, y ganas de llorar, Alex había ido a buscarme, por que decía que quería regresar conmigo, que se había equivocado y que, de verdad me quería, y sentía haberme perdido.
No pude más, y le dije que se fuera, que no lo quería volver a ver nunca más en mi vida, y sin darle tiempo de nada, me fui corriendo como si mi vida dependiera de ello, sin darme cuenta, había terminado en una de las playas privadas de Veles, y comense a llorar.
Entonces alguien apareció y me ofreció un pañuelo, seque mis lagrimas y voltee, era Joseph, ¿como es que, sin siquiera saberlo, sin proponermelo, había terminado en una de las playas propiedad de la familia Bacquerie, no lo podía creer.
Fue entonces cuando no podía pensar siquiera, en lo mal que me caía o en quien era, instintivamente, solo lo abrace y seguí llorando.
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